miércoles, 24 de julio de 2013

RESOLUCIONES ENVENENADAS

De verdad es muy desconcertante porque todos los caminos están envenenados. Las dos últimas decisiones del Supremo son realmente llamativas desde luego sorprendentes: si hace unos días el Tribunal Supremo archivaba la causa contra el ex ministro del PSOE José Blanco, hoy rebaja la condena del ex presidente del Gobierno Balear y ex ministro Jaume Matas, del PP, de los seis años a los que fue condenado a nueve solo meses, de manera que evitará su ingreso en prisión.

Caminos envenenados, decía, porque es imperativo acatar las sentencias y resoluciones del Supremo y dudar de ellas sería poner en duda la justicia de la Justicia. Envenenados porque desde ahora la verdad es esa que ha marcado el alto tribunal, independientemente de lo que haya ocurrido realmente. Envenenados porque si efectivamente las resoluciones son justas, si el falso acusado y el mal condenado efectivamente lo fueron, estas resoluciones no borrarán la sospecha en los ciudadanos de que todo fue de otra manera.

La sospecha de que, al final, los casos de corrupción quedarán en nada porque unos y otros se taparán los ojos y la nariz ya es generalizada entre los ciudadanos. Lo mismo que está generalizada la idea de que la justicia no es igual para todos, sino que los poderosos siempre se escabullen entre la hojarasca legal y gracias a la comprensión que encuentran en quienes con otros no son ni tan amables ni tan comprensivos. Podrán ser muy justas estas decisiones del TS, pero desde luego no ayudan en nada ni a paliar la corrupción ni a que los ciudadanos confiemos en la justicia.

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