Todos sabemos, porque lo vivimos en primera persona, los recortes económicos y sociales que nos están imponiendo las políticas neoliberales. Recortes en pensiones, en sanidad, en educación, en becas, en sueldos, en prestaciones sociales... Y recortes de derechos y condiciones laborales. No pudiendo/queriendo devaluar el euro, la Troika decidió devaluar la capacidad y la actividad económica (y social) de los países con economías más débiles y en crisis, esos que despectivamente los anglosajones llaman PIIGS.
Desde aquel maldito mayo de 2010 no han dejado de recortar gastos e inversiones públicos en busca de ese ideal neoliberal del Estado mínimo, hasta que prácticamente se reduzca a los gastos de defensa y de exteriores. Pero eso no todo se recorta, claro (y no me refiero a la corrupción, que tampoco).
En 2012 el presupuesto para material antidisturbios y equipamientos de protección y defensa fue de 173.670€. En 2013, o sea, ahora, el presupuesto es de 3,26 millones de euros (según informa Javier González en elmundo.es). Que se aumente en la seguridad de los agentes seguro que está muy bien. Que se gaste en material antidisturbios es todo un síntoma ideológico y toda una declaración de intenciones: como parece que no pueden/quieren acabar con la crisis, han decidido acabar con las protestas de los ciudadanos. Y se están equipando.
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