Hace apenas un mes, el 5 de noviembre, insertaba aquí el post Mercancías de saldo, donde comentaba las cifras de paro desde junio de 2010 y octubre de 2012: En junio de 2010
-cuando entró en vigor la primera reforma de Zapatero- había 3.982.368 parados.
Un año después, en junio de 2011 -cuando entró en vigor la segunda- había
4.121.801 parados (139.433 parados más). En febrero de 2012 -entrando en vigor
la tercera reforma, la del PP- había 4.712.098 parados (590.297 más que en
2011; 729.730 más que en 2010). Hoy, con los datos de octubre, son 4.833.521
parados (121.423 más que en febrero; 711.720 más que en 2011; 851.153 más que
en 2010. [-] La conclusión de estos números parece bastante clara: las reformas
laborales no han servido ni para crear empleo ni para frenar la destrucción de
empleo. Sí han servido, eso sí, para precarizar las condiciones laborales y,
sobre todo, para facilitar y abaratar los despidos.
Hoy se han publicado los datos de diciembre y se resalta que el paro ha descendido en algo más de 59.000 personas. Y es cierto, claro. Tan cierto como que hay, en números totales, 426.364 parados más que en diciembre de 2011 (siguiendo los datos del aquel post, hoy hay 866.355 parados más que cuando entró en vigor la primera reforma laboral de la crisis, la de 2010, o sea, la primera de Zapatero).
Mirando los datos con más detalle salta a la vista que muchos de esos nuevos desempleados eran trabajadores de servicios públicos, que el gobierno refiere tenerlos como parados (a los que se les acabará el subsidio tarde o temprano, pero que mientras aumentan el gasto) que como trabajadores (normalmente interinos) aunque lo que cobren provenga en ambos casos del dinero público. Más claro: echándoles a la calle este gobierno neoliberal mata dos pájaros de un mismo tiro: or una parte, empequeñece el papel económico del Estado y precariza los servicios que presta, y, por otra parte, incrementa e número de parados hasta tal punto que justifiquen nuevos recortes para hacer viable el sistema -dirán-.
Si en aquel post hablaba de los beneficios para la patronal de las reformas laborales que no están sirviendo para lo que teóricamente se hicieron (crear empleo), en este debo resaltar los beneficios para esa otra patronal del liberalismo militante que es el Gobierno del PP del invisible Rajoy.
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