A veces pasa con las palabras como con los libros, que no los eliges o los encuentras tú, sino que te eligen o te encuentran ellos a ti. Y ayer me encontró ese palabro que supongo que estaba donde estén las palabras mientras se cuecen, que quién sabe dónde será: dispolítica. Dis-Política: negación, contrariedad, separación, dificultad, anomalía - política, de la política, en la política, para la política. Veremos si crece la palabra, si se nutre de significados jugosos, si se reproduce. Mientras, me parece que es la palabra aplicable a lo que hace el Presidente Rajoy y, más allá, a lo que hacen todos en todos los niveles de su Gobierno.
No es lo mismo resolver que disolver. Resolver es solucionar un problema, buscar y encontrar las herramientas capaces de terminar con el problema. Disolver, sin embargo, no es solucionar, sino hacer desaparecer: el problema no está a la vista, pero, aunque escondido u oculto sigue estando, sigue siendo el mismo problema. Y la política, la verdadera política -noble, admirable- precisamente consiste en resolver los problemas de la organización de la comunidad (de la polis) y en reparar los desperfectos. La dispolítica, al contrario, consiste en esperar que los problemas se disuelvan solos y desaparezcan o, peor aún, en hacerlos desaparecer escondiéndolos bajo cualquier alfombra.
Se dice que Rajoy se esconde, que no da la cara, que evita a la prensa, que se escuda tras un plasma. Y es cierto, claro. Pero hay algo más, porque parece que él se siente más cómodo esperando la disolución que buscando la solución de los problemas. Como el enfermo estúpido que estúpidamente argumenta que si su enfermedad es incurable no sirve de nada ir al médico y si no lo es tampoco sirve de nada, porque se curará sola. Es tan estúpido ese enfermo que ni siquiera sabrá cuando esté muerto por qué lo está.
Dispolítica es esconder y esconderse bajo la alfombra del eufemismo tramposo, del adorno de la mentira hasta hacerla parecer verdad; es esconderse detrás de las cortinas del no hay otra solución, del no hay más remedio, del no quiero pero estoy obligado. Sartre llamaba a eso, mala fe. Dispolítica es la mala fe de no asumir la propia responsabilidad; es despreciar a esos más de seis millones de parados echándoles del sistema diciéndoles que es para que no haya paro en el futuro.
* Publicado en ElPlural.com Opinión. Tribuna Libre. 30.04.2013
* Publicado en ElPlural.com Opinión. Tribuna Libre. 30.04.2013
udrhjy
ResponderEliminarmuy bueno
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