Desde que empezó la crisis en 2008 (y aún desde antes, realmente) las organizaciones empresariales, o sea, las patronales, CEOE y CEPYME, exigieron con insistencia reformas estructurales que flexibilizaran un mercado laboral demasiado rígido, según ellos, que impedía ser competitivos y generar riqueza: solo se volvería a crear empleo si el mercado laboral se flexibilizaba y si disminuyeran las aportaciones sociales, decían. Como se ve, son las tesis del fundamentalismo neoliberal al uso que siempre se presentan como únicas e incontestables, las que sigue imponiendo la troika, las que fundamentan el éxito económico alemán y el desastre de las economías más débiles, con el beneplácito de gobiernos papanatas o tecnocráticos.
Y efectivamente, tanto Zapatero como el invisible Rajoy hicieron esas reformas estructurales flexibilizando el mercado laboral: abarataron el despido, desregularon la negociación colectiva y, en general, precarizaron las condiciones laborales como les pedían. Todo, para generar empleo y salir de la crisis. Pero lo cierto es que cuando entró en vigor la primera reforma laboral (la de 2010) había algo menos de cuatro millones de parados y hoy, según los datos de la propia CEOE, hay algo más de cinco millones y medio. O lo que es lo mismo, estas reformas no nos han sacado de la crisis, como nos decían, ni han creado empleo, sino al contrario: han hecho más extensa y dura la crisis para los ciudadanos (que permanentemente la estamos pagando) y han producido millón y medio de parados más (y más pobreza).
En la circular que han remitido CEOE y CEPYME a sus asociados haciendo recomendaciones para la negociación colectiva de 2013 insisten en las mismas ideas (con los mismos argumentos) y aún dan un pasito más y abiertamente dicen que mientras persista la situación de paro los salarios deberían evolucionar por debajo de la competitividad. No lo dicen así, evidentemente, pero el mensaje se entiende perfectamente bien: mientras haya tanto paro hay que aprovechar para bajar los salarios de los trabajadores. Pero, eso sí, para crear empleo y salir de la crisis. Otra muestra más de que la codicia del capitalismo es siempre insaciable y que básicamente coincide con las últimas recomendaciones del BCE.
Quiero suponer que tarde o temprano los ciudadanos por fin volveremos a entender qué es eso de la lucha de clases y cómo esas clases tienen intereses tan opuestos que cada una tiende a la destrucción de la otra. Quiero suponer que los ciudadanos por fin entenderemos que ya no somos esa virtual clase media (si acaso alguna vez lo fuimos), sino obreros explotados.
* Publicado en ElPLural.com. Opinión. Tribuna Libre. 01.04.2013
* Publicado en ElPLural.com. Opinión. Tribuna Libre. 01.04.2013
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