viernes, 1 de marzo de 2013

LIMPIOS DE POLVO Y PAJA

Se quejan los políticos honrados -que evidentemente los hay y seguramente no pocos- de la creencia cada vez más generalizada de que todos, sin distinción, son iguales; que todos son unos sinvergüenzas que únicamente quieren aprovecharse de su cargo y sacar ventaja. Esta creencia forma parte ya del imaginario colectivo de nuestra sociedad: hay que echarlos a todos (y ya se ha visto varias veces en varias manifestaciones cómo la gente expulsaba a los políticos que compartían con ellos la protesta).

A izquierda y derecha, ha habido (y hay) políticos seducidos por el poder del dinero, por el lujo, por la sensación de poder y exclusividad -la erótica del poder, como se decía hace años-, por la vanidad del nuevo rico; gente llegada a la política para hacer negocio, para sacar tajada, para forrarse. Pero es injusto -y falso- pensar que todos los que se han dedicado o se dedican a la política son así, que no haya nadie honrado, que toda la política sea sucia y sucio todo lo político.

El neoliberalismo -el capitalismo actual, se llame como se llame- no es ajeno a que esa idea se haya instalado entre la gente porque ese es su ideal ideológico: que la política no le ponga trabas a su codicia -a crear riqueza, dicen-; que el papel del Estado se reduzca al mínimo tecnocrático y burocrático imprescindibles; que el mercado se libere de esa lacra que son los políticos -y los sindicalistas-, así que mejor echarlos a todos. Estos neocapitalistas -este fundamentalismo neoliberal- se estarán frotando las manos viendo cómo se culpabiliza de la crisis a la política y a los políticos mientras, ellos mismos -que causaron realmente la crisis- se van limpios de polvo y paja (y forrados).

Parece que se nos olvida que el capital y el capitalismo no son democráticos, y los mercados ya están haciendo aún más negocio con la ingobernable Italia postelectoral. Al capitalismo, desde su origen, tanto le da un sistema democrático que una dictadura sanguinaria mientras pueda hacer de las suyas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario