jueves, 21 de marzo de 2013

WERT, SUSPENSO *

El tertuliano que tiene una cartera que pone Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha defendido vehementemente en la Comisión de Educación del Senado la eficacia de las pruebas externas (las reválidas) que impondrá la futura LOMCE y que evaluarán a alumnos, profesores y centros, según ha dicho, porque es bueno que los profesionales se sometan a medidas que evalúen la eficacia y el rendimiento.

Así que estamos de enhorabuena porque supongo que por vergüenza torera -él, que como el toro se crece en el castigo- dimitirá a la vista de sus resultados en esas pruebas externas que son los barómetros del CIS, que valoran su eficacia y su rendimiento, porque las notas que saca no son buenas, no. En el de agosto de 2012, el sociólogo/tertuliano sacó la peor nota del grupo: un 2,49. Pero ahí no queda la cosa. En el de octubre otra vez sacó la peor nota: un 2,15. Y la nota del barómetro de febrero de 2013 es un escándalo: ¡un 1,95! ni tan siquiera llega a un miserable 2, así que otra vez en el pelotón de los torpes y el peor con diferencia. Mal, muy mal. Si sigue así no pasa este curso. Yo creo, y es solo una opinión, que se distrae mucho y no atiende ni lo que debe ni a lo que debe: charla, se dispersa y está todo el día pensando en las musarañas neoliberales y nacionalistas, por no hablar de los humos que se da, como si fuera alguien. Y, claro, no rinde.

En serio. Es muy lamentable tener a alguien de ministro de Educación que no sabe nada de educación más allá de los tópicos. Cualquier docente sabe que quienes se examinan en esas pruebas externas son sus alumnos, no quien le enseña y evalúa; que los exámenes no miden lo que saben los alumnos, sino lo que responden en la prueba (que no es lo mismo); que el proceso de enseñanza y aprendizaje de ninguna manera se condensa en una prueba; que la carga de subjetividad de las pruebas (en la elección de unas preguntas y no otras, en la valor asignado a cada cuestión que pudiera ser mayor o menor, en la valoración misma -si restan o no las respuestas incorrectas, etc.-) es siempre significativamente alta. Insisto: cualquier profesional de la enseñanza lo sabe y porque lo sabe procura utilizar con prudencia esos mecanismos toscos de evaluación.

Pero sobre todo cualquier docente sabe que los resultados académicos (las notas, las calificaciones) son solo una parte de los objetivos de la educación; que evaluar es algo más que calificar y clasificar. Que se vaya de una vez este ministro que no pasa del 2.

* Publicado en ElPlural.com. Opinión. Tribuna Libre. 21.03.2013

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